La vitamina D es una vitamina esencial para múltiples funciones en nuestro organismo. Es una vitamina de las que denominamos liposolubles porque utilizan la grasa como medio de transporte en los diferentes alimentos
Es fundamental para el desarrollo y crecimiento de los huesos ya que está relacionada con la absorción de calcio y fósforo que ingerimos en nuestra alimentación.
Su presencia en nuestra dieta es muy importante tanto en los niños como en los adultos ya que la falta de vitamina D produce lo que se conoce en medicina de como osteoporosis, o popularmente como descalcificación en los huesos sobre todo a llegar la menopausia y la tercera edad. En los niños origina una el raquitismo.
Aparte de esta función la vitamina D ejerce un papel importante en la actividad muscular y por tanto es especialmente interesante para las personas que practican algún deporte o simplemente hacen actividad física de forma habitual.
Su falta produce también alteraciones en la función cerebral y en la memoria, así como en la piel y el cabello. Su déficit también se ha relacionado con diferentes tipos de cáncer como el de colon, mama o piel y su acción se estima como protectora de estos y algunos más
Los alimentos que la contienen son fundamentalmente los todos los lácteos, especialmente la leche queso y mantequilla. También se encuentra en los pescados azules, hígado de pescados grasos y de ternera así como en la yema de huevo.
Su síntesis completa debe de hacerse en la piel y para ello hay que tomar el sol, aunque sea en espacios cortos, como por ejemplo 15 minutos tres días a la semana.
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Dr. Antonio Escribano Zafra
Especialista en Endocrinología y Nutrición